En 1990 un joven norteamericano de 22 años llamado Christopher McCandless decidió lanzarse a la aventura de la vida solitaria de Alaska, por lo que abandonó su prometedora vida y sin despedirse de nadie tomó su mochila y se fue, registrando en su diario su recorrido en busca de la libertad total. Sean Penn remota la historia, documentada en el libro In to the wild escrito por Jon Krakauer y la convierte en su cuarto largometraje y como siempre, lo llenó de poesía subersiva.
En la cinta Emile Hirsch interpreta a Christopher quién tras graduarse y enfrentarse a los retos de la vida adulta, prefiere escapar de la vida que le ofrecen "el sistema" y sus padres y emprende el camino hacia Alaska topándose en el camino con diferentes escenarios y personas que lo alientarán en su eterno camino de busqueda.
Penn como director decidió filmar la cinta totalmente en locaciones y la mayor parte con cámara en mano lo que le da dinamismo a la cinta y aunque se nota el bien intencionado trabajo de Emile Hirsch, con todo y su impresionante pérdida de peso para las escenas finales, en general el personaje esta pobremente dibujado, lo cual condena a la cinta.
La cual esta narrada a través de múltiples flashbacks y saltos en el tiempo que nos llevan del pasado, al presente sin necesariamente contarnos gran cosa. El personaje quien en los primeros minutos decide abandonar su vida y donar todos sus ahorros deja muy poco claro cuales son sus verdaderas motivaciones, las cuales se van velando poco a poco en la trama, sin que estas resulten alguna vez totalmente claras o al menos convincentes.
Todo esto hace creer que incluso el director y guionistas desconocian el interior del personaje, ya que gran parte de la cinta pareciera contar lo que imaginamos pudo ocurrirle y se completa con largos dialogos de otros personajes que le dan mayor perspectiva, sin llegar nunca al corazón del protagonista.
Aunque entiendo que es loable la intención de mostrar a un jóven que no esta interesado en la vida material y que por el contrario decide intentar vivir una experiencia espiritual que lo forje como ser humano, lo cual estoy seguro era el objetivo del director, pero es quizás la extraña forma narrativa la que no permite explotar todas las posibilidades dramáticas de la historia.
Y aunque al final queda expuesta la subersiva visión del director, el cual es capaz de obtener belleza de las formas más inusitadas y extrañas posibles, como lo hizo en su corto para el filme 11'09'01, en general se siente un pequeño vacío que en mi opinión pudo ser llenado a través de una propuesta más arriesgada.
Sin embargo para muchos la cinta, que llega tarde a nuestro país, podría ser una bella historia de desprendimiento y liberación, una pacífica propuesta cinematográfica en este ferstín veraniego.
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